La Emergenciología en Venezuela

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Aquí les va mi opinión... ...

La Emergenciología es una rama de la medicina que, aquí en Venezuela, todavía sigue en pañales y no ha tenido el reconocimiento pleno que debe de tener; (el internista ve al urgenciologo como si fuera menos); no tener un nombre concreto (Urgencias medicoquirurgicas, Medicina de Emergencias, Emergenciología, Urgenciología, etc.), y por haber sido realizada por muchos años por médicos generales o especialistas de otras áreas, no la definen como especialidad. En sí es una especialidad hermosa y completamente dedicada al arte de la medicina, sin espacio para el lucro, como imagenología o cirugía plástica; ó egocentrísta como medicina interna o cardiología, en sí, es una especialidad extremadamente estresante, agotadora, exigente y expuesta prácticamente a todo; como enfermedades infectocontagiosas, abusos de administración (atiende a fulano de tal que tiene gripe, porque es amigo del primo del vecino del director de la clínica), constantes quejas de pacientes aún cuando no son válidas hay que darle la razón, litigios por parte de familiares resentidos, estar dispuesto a atender síndromes virales a las 4:00 am con una sonrisa en la cara, aguantar a padres exigentes que quieren que su bebé sea revisado por el intensivista pediatra por un granito que le salió de su pompi, familiares desobligados; trabajadores buscando un justificativo para excusar su irresponsabilidad de estar de parranda toda la noche; borrachos enfadosos; malandros heridos y violentos con poca o ninguna protección para equipo de salud en las instituciones que laboramos y lo mejor de todo, policías y judiciales con armas en el área de choque.

En la especialidad puedes sobrevivir decentemente si tienes trabajo a nivel gubernamental y otro en un medio privado, desgastándonos y con el peligro de quemarnos (Sind. De Burnout); pero la realidad es otra, son muy pocos los hospitales que contratan emergenciologos como especialistas y una buena cantidad de ellos tienen que poner consultorios de medicina general en sus casas para poder tener algún ingreso; esa es la realidad en política de salud de nuestro país, el profesional médico es ciudadano de segunda.

Pero viéndolo del lado bueno, la emergenciología si tiene muchos puntos a favor, es la única especialidad que aumenta el nivel de confianza en sí mismo; al perder el miedo a prácticamente cualquier enfermedad o traumatismo, ver a un infartado y darle manejo rápido y eficaz; mientras estas tranquilamente dirigiendo los procedimientos a tus compañeros de trabajo, reducir un hombro sin inmutarte, ver una TSV y enseñar al bachiller sobre las características de dicha urgencia cardiológica y trabajar en la cardioversión con pulso firme; en fin, llega a ser tranquilo para el alma el trabajo y que el único estrés que hay es cumplir las metas que se vayan presentando en la guardia. Nunca es aburrida y te lleva a sentirte eufórico y poderoso por salvar una vida y a la vez hundirte en la más terrible depresión por no poder arrancar de las manos de la muerte a un niño herido. Somos los bomberos de la medicina, solo se acuerdan de nosotros cuando nos necesitan.

Existen dos formas de ser emergenciologo en nuestro país; una es realizando el postgrado en alguna universidad del Venezuela, por cierto con un pensum muy deficiente comparado con otras universidades de Latinoamérica y la otra es foguearte año tras año en una emergencia por 10, 15, 20 años continuos; aprendiendo de cada caso, con la ayuda de colegas especialistas y con el deseo de aprender para cada día hacerlo mejor.

Las emergencias es para el verdadero médico, del que sale del corazón y del que está dispuesto a sacrificar su vida, su cuerpo, el lucro, y alma a la medicina y a su semejante, ser extremadamente tolerante y sincero, aceptar insultos y abusos, y vivir bajo presión constante (lo cual aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, enfermedades ulcera-péptica etc.), y muchísimas veces, se sacrifica lo más sagrado… la familia. Quién no esté dispuesto a esto, mejor no se meta a emergencias porque esto, es de toda la vida. Sin desmeritar a otras especialidades, el médico de emergencia tiene su apostolado grabado en su conciencia. Perdonen por estas palabras, pero es mi opinión, tan valedera como la suya.
Dr: Mario Carleo


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