Hoy te felicito amada mía
y te brindo con fervor mucho cariño.
Te venero con la ingenuidad de un niño
para hacer bello y hermoso este gran día.
Cuando cumples otra bella primavera
me recuerdo cuando yo te conocí,
Dios había ordenado para mí
que serias tú, mi amada verdadera.
Aquel día que te lleve a tu casa
un dulce adiós nos definió una meta,
y sin saber si la amistad era cierta
yo seguí con mi afán en su añoranza.
Te felicito con cariño, amada mía
en esta fecha de gran significado,
al saber que el amor no es un pecado
yo te amé con fervor desde aquel día.
Cuando te dije aquel ”te amo” tan verdadero
te entregue mi corazón en cuerpo y alma.
Desde allí por ti perdí la calma
porque te vi como el amor primero.
A Dios le pido larga vida para ti
para que estés con afán siempre a mi lado
yo me encuentro feliz, afortunado
al saberte digna esposa para mí.
¡Hay de mí! si tu mueres primero
yo vagaré como huérfano en el mundo
soportando mi dolor profundo
al perder un cariño verdadero.