En el Día del Abogado
El origen histórico del término “abogado” tiene sus raíces en la voz latina “advocatus” y en el verbo “advocare” que significa llamar, siendo el abogado aquel que está llamado a representar a otro, de asumir su defensa y proteger sus intereses. Cuando un abogado asume la representación profesional de un cliente tiene el deber de realizar su labor con diligencia y responsabilidad, empleando para ello su conocimiento y habilidad en beneficio de su representado, sin que esto llegue a significar ni justifique de modo alguno el uso de cualquier medio para que su causa resulte ser la vencedora. El desempeño del abogado debe enmarcarse dentro de la ley, esencialmente en su espíritu y los propósitos que la originaron. Es indispensable que el abogado tenga plena conciencia de la importancia de su labor, como guardianes de la equidad y la justicia. Sobre el abogado recae el peso de propiciar y mantener un sistema de justicia eficaz y confiable, en fin, ser instrumentos de hacer justicia. El abogado, como la mujer del César, “no sólo debe ser honesto, sino también parecerlo”.
"El DIA NACIONAL DEL ABOGADO EN VENEZUELA"
Corría el año de 1972, en el Primer período Presidencial Constitucional del Dr. Rafael Caldera, cuando por solicitud de la Federación de Colegios de Abogados de Venezuela, decreta, se celebre el 23 de junio el “Día Nacional del Abogado”, en conmemoración al natalicio de Don Cristóbal Hurtado de Mendoza: Nació en Trujillo el 23 de junio de 1772. Murió en Caracas el 8 de febrero de 1829. “Presidente del primer Triunvirato” desde el 5 de marzo de 1811 hasta marzo de 1812, (primer Presidente constitucional de la República de Venezuela en el año de 1811) y compañero de luchas de nuestro Libertador Simón Bolívar.
Decálogo del Abogado
1.- ESTUDIA.- El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.
2.- PIENSA.- El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
3.- TRABAJA.- La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.
4.- LUCHA.- Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia.
5.- SE LEAL.- Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aún cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú invocas.
6.- TOLERA.- Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
7.- TEN PACIENCIA.- El tiempo se venga de las cosas que se hacen si su colaboración.
8.- TEN FE.- Ten fe en el derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal del derecho; en la paz, como sustitutivo bondadoso de la justicia; y sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay derecho, ni justicia, ni paz.
9.- OLVIDA.- La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
10.- AMA TU PROFESION.- Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado.
“Dad a un hombre todas las dotes del espíritu, dadle todas las del carácter, haced que todo lo haya visto, lo que haya escuchado; que todo lo haya aprendido, lo retenga eternamente, que haya trabajado treinta años de vida, que sea en conjunto un literato, un crítico, un moralista, que tenga la experiencia de un viejo y la infalible memoria de un niño; y tal vez con todo esto formaréis un abogado completo”.